Kotosh es considerado uno de los templos más antiguos del Perú y de América. Se compone de una serie de edificios superpuestos con 6 periodos de ocupación continua que datan desde el Arcaico Tardío hasta el Intermedio Temprano, siendo los recintos mas conocidos el templo de las Manos Cruzadas y el Templo de los Nichitos.
Se encuentra ubicado en una pequeña pampa situada a 4 kilómetros de la ciudad de Huánuco y sobre la margen derecha del río Higueras. El nombre de Kotosh proviene del quechua “Coto” que significa montículo de piedras. El complejo arqueológico comprende una serie de edificios superpuestos, que datan desde el período arcaico tardío hasta el intermedio temprano. De este complejo de edificios el que mas destaca es el Templo de las Manos Cruzadas, llamado así por tener la forma de brazos cruzados. Se presume que su antigüedad data de 1,800 años A.C.
En la Colonia, Kotosh fue conocido como una huaca pre-incaica y durante buen tiempo permaneció ignorado, hasta el año 1934, en el que Javier Pulgar Vidal, identificó la zona de cerámicos pre-incas y en el año 1935 el arqueólogo Julio C. Tello visitó el lugar, deduciendo que la cerámica Kotosh estaba emparentada con la cerámica Chavín.
En el año 1960, la Universidad de Tokio envió una expedición, presidida por el profesor Seichi Izumi y un grupo de personas especialistas, quienes iniciaron los trabajos de remoción de escombros, hasta encontrar una antigua construcción, que denominaron templo de las manos cruzadas, debido a que en sus paredes descubrieron relieves de barro modelado en forma de brazos cruzados.
Posteriormente en el año 1963 el profesor Izumi retorna al Perú con un equipo de personas especialistas en estos trabajos, desenterrando totalmente el templo de las manos cruzadas, confirmando que era pre cerámico, al no encontrar vestigios de alfarería. Los restos de cerámicos fueron encontrados en la siguiente estructura superpuesta, llamada el Templo de los Nichitos.
El templo esta conformado por una serie de edificios construidos en piedra canteada con barro, de plantas cuadrangulares y de plataformas rellenadas con tierra , cantos rodados, piedras canteadas y barro. Carecían de ventanas y probablemente tenían techos planos.
Las paredes internas tienen nichos de diversos tamaños y en algunos casos con pinturas sencillas o relieves en forma de brazos cruzados. El templo tiene forma rectangular, se ingresa por la parte sur por una portada, cuyos muros están enlucidos con una capa fina de barro color blanco – crema, con nichos y hornacinas de forma trapezoidal; debajo de estos nichos se encontraron las famosas manos cruzadas, modeladas en terracota. Se presume que este relieve podría ser parte de una efigie mayor.