La iglesia de la Buena Muerte es parte de un conjunto arquitectónico y se fundó a inicios del siglo XVII. Al frente de la misma, se encuentra la Plazuela de la Buena Muerte y cerca las iglesias de las Trinitarias y Santa Clara. Debe su nombre al eclesiástico Antonio Velarde quien hizo una capilla en honor a nuestra Señora de la Buena Muerte.
Esta iglesia fue construida sobre una tienda de ultramarinos y de comestibles, de allí su interior muy semejante a la de una bodega. En esta pequeña plaza se encontraba también un restaurante muy famoso por sus ceviches y mariscos llamado también "La Buena Muerte".