Al cabrito limpio se le unta profusamente con una mezcla de aceite, sal, ajos, pimienta, comino y ají. Luego se pone a serenar toda la noche, para que así tenga la sazón y el sabor al momento de ponerlo al palo.

Al día siguiente se prepara el fogón con leñas, carbones y piedra. Se le da un pequeño baño de aceite vegetal. Se le somete al fuego, debiendo tener la distancia aproximada de 50 cts. entre el fuego y la carne; el cabrito deberá sujetarse con un palo en sus respectivos puntos de apoyo y girar constantemente. Se sirve en trozos acompañado de papas sancochadas y una salsa de ají y cebolla. Provecho!!!

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