Este recinto tiene tres paredes finamente talladas. Las paredes laterales constan de cinco hornacinas a cada lado. En la pared principal se observan siete hornacinas que tenían como función albergar objetos de culto religioso. Al lado derecho del altar se observa que el muro tiene una pronunciada inclinación, por la erosión del terreno a causa del empozamiento del agua de las lluvias, debido al abandono en que se encontraban las ruinas durante siglos hasta 1911.

Bajo las hornacinas se encuentra una inmensa piedra rectangular que se utilizaba como altar de adoración donde se presume se colocaban las momias de los incas para su veneración. En la parte delantera izquierda del templo se halla en el suelo una piedra en forma de rombo que representa la constelación de la Cruz del Sur y que era empleada para fines astronómicos.

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